“EL PRINCIPIO”
Rabindranath Tagore
Ella,
llorando y riendo, le respondió apretándolo contra su pecho:
-Estabas
escondido en mi corazón, como un anhelo, amor mío: estabas en las muñecas de
los juegos de mi infancia, y cuando, cada mañana, formaba yo la imagen de mi
Dios con barro, a ti te hacía y te deshacía; estabas en el altar, con el Dios
del hogar nuestro, y al adorarlo a Él, te adoraba a ti; estabas en todas mis
esperanzas, y en todos mis cariños. Has vivido en mi vida y en la vida de mi
madre, tú fuiste creado siglo tras siglo, en el seno del espíritu inmortal que
rige nuestra casa. Cuando mi corazón adolescente abría sus hojas, flotabas tú,
igual que una fragancia, a su alrededor; tu tierna suavidad florecía luego en
mi cuerpo joven como antes de salir el sol la luz en el Oriente. Primer amor
del cielo, hermano de la luz del alba, bajaste al mundo en el río de la vida y
al fin te paraste en mi corazón… Qué misterioso temor me sobrecoge al mirarte a
ti, hijo, que siendo de todos, te has hecho mío.
Y
qué miedo de perderte! ¡Así, bien apretado contra mi pecho! ¡Ay! ¿Qué magia ha
entregado el tesoro del mundo a mis frágiles brazos?
Coach Silvia Graciela Moreno
silviagracielam@gmail.com
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