BUSCADORES DEL BIEN
Nuestra sociedad en general está
condicionada a buscar el lado negativo de las cosas. ¿Por qué no invertir nuestra actitud y
descubrir el lado bello?
Leyendo un libro de John Powell S.J llamó mi
atención una reflexión sobre los “buscadores del bien”. Explica el autor
solemos encontrar lo que buscamos, así es
que si queremos encontrar lo malo en nosotros, en los demás o en el mundo seguramente
lo encontraremos y de la misma manera, si nuestra intención está alineada con encontrar las cosas positivas y
valiosas, eso encontraremos.
Me recordé el cuento de los 2
forasteros que llegan a la estación del tren en donde están apaciblemente
sentados un anciano y un niño. Al bajar el primer forastero se acerca a los
lugareños y pregunta ¿cómo es este lugar para vivir? El anciano contesta con una pregunta ¿Cómo es
el lugar de donde viene? El forastero se
explaya hablando de la suciedad, la falta de armonía y solidaridad, incluso del
ruido del tren… Y entonces el anciano dice “igualito es aquí. “ Un momento
después llega el segundo forastero y también: pregunta ¿cómo es este lugar para
vivir? El anciano de nuevo contesta con la pregunta ¿Cómo es el lugar de donde
viene? El segundo forastero se habla de la limpieza, la colaboración y armonía
de los habitantes, la tranquilidad de la tarde… Como lo hiciera con el primer
viajero, el anciano interrumpe para afirmar: “igualito es aquí”. Se van ambos
forasteros y el niño sorprendido pregunta al anciano, ¿Por qué si ambos te
dieron respuestas tan diferentes tu afirmaste que igual era aquí? Paciente el
anciano responde: aquí, y en todas las ciudades hay suciedad y limpieza, hay
falta de solidaridad y también solidaridad, hay ruido y tranquilidad, en las
ciudades hay mucho positivo y también negativo… Y vas a mirar lo uno o lo otro,
de acuerdo a lo que tú llevas dentro.
En nuestra sociedad estamos
saturados con terribles noticias sobre crímenes, guerras, drogadicción,
prostitución, inseguridad, escándalos etc.… Sin mucho análisis podemos darnos
cuenta que las noticias que llaman la atención, es decir las que venden, se
relaciona en su mayoría con escándalos, guerras, asesinatos, deshonestidades
etc. Y si bien, no podemos desconocer esa realidad, también lo es que hablar en exceso
de ello, contribuye a que esta realidad se perpetúe.
Un pensamiento famoso dice: “los
niños aprenden lo que viven”. Creo que los jóvenes y los adultos seguimos
aprendiendo de lo que vemos, escuchamos y vivimos. Nos nutrimos de todo aquello
que acontece en el mundo y especialmente de nuestros sentimientos, pensamientos
y recuerdos de ese acontecer. Repetir una y otra vez las mismas calamidades de
nuestro siglo no nos ayudará a crecer ni a crear un mundo mejor.
Sin embargo y aún a riesgo de
parecer optimista pienso que esta tendencia esta revirtiéndose, y que poco a
poco más personas han comenzado a buscar lo mejor de ellos mismo y en
consecuencia, de los demás. En nuestros días existe una demanda creciente de
libros de auto-ayuda y cursos de superación personal. Me parece pues que día a día
aparecen nuevos ‘buscadores del bien”.
Existe un sinfín de cosas buenas
para ver y disfrutar. Aprendamos a reconocerlas, y regocijarnos en ellas.
Nuestra pareja, hijos, amigos y nosotros mismos somos personas con cualidades y
defectos. De nosotros depende lo que queramos ver. Reitero, no significa que
ignoremos la realidad, pero, también es parte de esa realidad la bondad humana
la cual nos hemos empeñado en minimizar o incluso no ver. El simple hecho de
descubrir y sobre todo de aceptar esa bondad en nosotros y en los demás o es un
paso menor ya que la reforzará y le hará crecer.
Buscar el bien te lleva, aún sin
proponértelo, no sólo a encontrar el bien sino a crear más bien y a medida que
tú logras encontrarlo te resultará cada vez más fácil porque tu ser lo
reconocerá cada con mayor facilidad, cada día. Estamos rodeados de milagros y maravillas que
por cotidianas no nos lo parecen: el nacimiento de un niño, el diario amanecer,
la sonrisa de un ser querido y hasta el hecho de estar ahora mismo en comunión
tu y yo unidos en un afán de buscar el bien.
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