BUSCADORES DEL BIEN



BUSCADORES DEL BIEN

Silvia Graciela Moreno-
Nuestra sociedad en general está condicionada a buscar el lado negativo de las  cosas. ¿Por qué no invertir nuestra actitud y descubrir el lado bello?

 Leyendo un libro de John Powell S.J llamó mi atención una reflexión sobre los “buscadores del bien”. Explica el autor solemos encontrar lo que buscamos, así  es que si queremos encontrar lo malo en nosotros, en los demás o en el mundo seguramente lo encontraremos y de la misma manera, si nuestra intención está  alineada con encontrar las cosas positivas y valiosas, eso encontraremos.

Me recordé el cuento de los 2 forasteros que llegan a la estación del tren en donde están apaciblemente sentados un anciano y un niño. Al bajar el primer forastero se acerca a los lugareños y pregunta ¿cómo es este lugar para vivir?  El anciano contesta con una pregunta ¿Cómo es el lugar de donde viene? El  forastero se explaya hablando de la suciedad, la falta de armonía y solidaridad, incluso del ruido del tren… Y entonces el anciano dice “igualito es aquí. “ Un momento después llega el segundo forastero y también: pregunta ¿cómo es este lugar para vivir? El anciano de nuevo contesta con la pregunta ¿Cómo es el lugar de donde viene? El segundo forastero se habla de la limpieza, la colaboración y armonía de los habitantes, la tranquilidad de la tarde… Como lo hiciera con el primer viajero, el anciano interrumpe para afirmar: “igualito es aquí”. Se van ambos forasteros y el niño sorprendido pregunta al anciano, ¿Por qué si ambos te dieron respuestas tan diferentes tu afirmaste que igual era aquí? Paciente el anciano responde: aquí, y en todas las ciudades hay suciedad y limpieza, hay falta de solidaridad y también solidaridad, hay ruido y tranquilidad, en las ciudades hay mucho positivo y también negativo… Y vas a mirar lo uno o lo otro, de acuerdo a lo que tú llevas dentro.

En nuestra sociedad estamos saturados con terribles noticias sobre crímenes, guerras, drogadicción, prostitución, inseguridad, escándalos etc.… Sin mucho análisis podemos darnos cuenta que las noticias que llaman la atención, es decir las que venden, se relaciona en su mayoría con escándalos, guerras, asesinatos, deshonestidades etc. Y si bien, no podemos desconocer esa  realidad, también lo es que hablar en exceso de ello, contribuye a que esta realidad se perpetúe.

Un pensamiento famoso dice: “los niños aprenden lo que viven”. Creo que los jóvenes y los adultos seguimos aprendiendo de lo que vemos, escuchamos y vivimos. Nos nutrimos de todo aquello que acontece en el mundo y especialmente de nuestros sentimientos, pensamientos y recuerdos de ese acontecer. Repetir una y otra vez las mismas calamidades de nuestro siglo no nos ayudará a crecer ni a crear un mundo mejor.

Sin embargo y aún a riesgo de parecer optimista pienso que esta tendencia esta revirtiéndose, y que poco a poco más personas han comenzado a buscar lo mejor de ellos mismo y en consecuencia, de los demás. En nuestros días existe una demanda creciente de libros de auto-ayuda y cursos de superación  personal. Me parece pues que día a día aparecen nuevos ‘buscadores del bien”.

Existe un sinfín de cosas buenas para ver y disfrutar. Aprendamos a reconocerlas, y regocijarnos en ellas. Nuestra pareja, hijos, amigos y nosotros mismos somos personas con cualidades y defectos. De nosotros depende lo que queramos ver. Reitero, no significa que ignoremos la realidad, pero, también es parte de esa realidad la bondad humana la cual nos hemos empeñado en minimizar o incluso no ver. El simple hecho de descubrir y sobre todo de aceptar esa bondad en nosotros y en los demás o es un paso menor ya que la reforzará y le hará crecer.


Buscar el bien te lleva, aún sin proponértelo, no sólo a encontrar el bien sino a crear más bien y a medida que tú logras encontrarlo te resultará cada vez más fácil porque tu ser lo reconocerá cada con mayor facilidad, cada día.  Estamos rodeados de milagros y maravillas que por cotidianas no nos lo parecen: el nacimiento de un niño, el diario amanecer, la sonrisa de un ser querido y hasta el hecho de estar ahora mismo en comunión tu y yo unidos en un afán de buscar el bien.

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